miércoles, 20 de julio de 2016

El hombre chino que vivió 256 años "Li Ching-Yuen"



En 1933 Li Ching-Yuen, un anciano chino, falleció a la increíble edad de 256 años, dejando 180 hijos y sobreviviendo a 23 esposas.
En el mismo obituario se consignaba el consejo que el anciano solía dar a sus discípulos, amigos y conocidos para explicar su larga longevidad: “Mantén tu corazón tranquilo, siéntate como una tortuga y duerme como un perro”.

Li Ching-Yuen, médico, herborista y maestro taoísta chino que había viajado por todo su país para recolectar piedras y hierbas, y más tarde se dedicó a la “alquimia interior” mientras residía en el templo taoísta de Yu Qing.

Wu Chung Chieh, director del Departamento de Educación de la Universidad de Chengdu, afirmó haber encontrado registros que probaban que Li había nacido en 1677, además de un documento de 1827 donde se atestiguaba que el Gobierno Imperial Chino felicitaba a Yuen por sus 150 años de edad, además de un documento oficial posterior donde el mismo gobierno chino felicitaba a Yuen por su cumpleaños número 200. “Según los registros, Li enterró a 23 esposas y antes de su muerte estaba viviendo con su vigésimo cuarto matrimonio, una mujer de 60 años. Según otras fuentes, en 1928 se le acreditaba 180 descendientes vivos, que comprenden 11 generaciones, sólo en 14 matrimonios. Algunos testigos afirmaron que la vista de Li Ching-Yuen era perfecta, además de que las uñas de los dedos de la mano derecha eran extremadamente largas”.

Emigró a Kai Hsien Yang, donde recibió enseñanzas de algunos maestros taoístas de renombre que le enseñaron alquimia interna y chi kung (terapia medicinal de origen chino basada en el control de la respiración), arte secreto de cómo utilizar las hierbas para una vida larga y saludable. Al parecer, después de conocer los secretos de las artes marciales y las hierbas, Li Ching-Yuen llegó a vender las hierbas que coleccionaba. A la edad de 71 años, en 1749, Li se unió al ejército provincial del Comandante en Jefe Chyi Yeuh Jong, convirtiéndose en consejero táctico del ejército imperial y en practicante del Tao y de otras disciplinas de meditación y artes marciales.
Se retiró y pasó mucho tiempo en las montañas del Tíbet, donde siguió recolectando hierbas medicinales que, según decía, le ayudaban a mantenerse joven y saludable.

En 1927 Li Ching-Yuen fue invitado a un palacio de su región natal por el caudillo u general Yang Sen, amigo suyo, quien estaba muy interesado por la fuerza y juventud que tenía Li a pesar de su avanzada edad (250 años). En la residencia de este general le tomaron la única fotografía que existe de él. Pocos años después de regresar a su casa, Li fallecería por causas naturales. De inmediato el general Yang Sen ordenó que un equipo investigara su verdadera historia.

La increíble historia de Li Ching-Yuen, este longevo maestro chino tendría el honor de ser “el “hombre más viejo del mundo”, pues superó con creces a la persona más anciana que se conocía hasta la fecha, la francesa Jeanne Louise Calment, la cual vivió 122 años y 164 días.

Fuente:
• Guioteca
• The New York Times,

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