Una vez que conozcas algunos de los casos más extremos de
supervivencia de la historia, lo pensarás dos veces antes de quejarte porque tu
refresco se quedó sin gas, o la cena estaba fría.
De comer: ratas muertas y pasas
El uruguayo Raúl Fernando Gómez Circunegu, de 58 años, se
perdió durante una tormenta, cuando su motocicleta se averió en plena Cordillera
de los Andes. Pasó cuatro meses extraviado, alimentándose de ratas muertas y
pasas para sobrevivir al hambre. Fue hallado el 9 de septiembre de 2013, a una
altitud de 2.800 metros, en un refugio de montaña de la provincia de San Juan,
en Argentina.
Densa vegetación y un frío brutal
El 13 de diciembre de 1920, los tenientes Kloor, Hinton y
Farrell, de la Marina estadounidense, cayeron desde un globo de hidrógeno hasta
las profundidades de un bosque canadiense. La ciudad más cercana, Moose
Factory, en Ontario, se encontraba a 32 kilómetros. Debieron caminar una
semana, atravesando la densa vegetación y soportando un frío extremo, con
escaso equipo y alimentos. Finalmente, arribaron a la estación de la Bahía
Hudson, en donde fueron rescatados.
Sobreviviendo a una tribu de caníbales
El 1 de mayo de 1945, el avión "Gremlin Especial",
de la Fuerza Aérea del Ejército de Estados Unidos, se estrelló en una montaña
de la entonces Nueva Guinea holandesa. De los 24 tripulantes, entre ellos
mujeres y varios soldados, sólo tres sobrevivieron: Margaret Hastings y Kenneth
Decker, gravemente heridos, y John McCollom, relativamente sano. No pasó mucho
tiempo, hasta que supieron que se encontraban en pleno territorio de una tribu
aislada del mundo moderno, especialmente conocida por sus hábitos caníbales.
Afortunadamente para los accidentados, los nativos tenían predilección por la
carne de los integrantes de una tribu enemiga, mientras que con ellos fueron
bastante amistosos. Tras 42 días, fueron rescatados.
A pie, atravesando 6 mil kilómetros de Cordillera del
Himalaya
Slavomir Rawicz era un oficial de caballería del ejército
polaco, cuando fue capturado por el Ejército Rojo, durante la partición
germano-soviético de Polonia, en 1939. Después de haber sido torturado y sometido
a juicio en Moscú, fue condenado a 25 años de trabajos forzados en Siberia.
Después de un año en condiciones insoportablemente infrahumanas, Rawicz y otros
seis presos se escaparon del campo en Yakutsk. Los fugitivos se trasladaron
6.437 kilómetros a pie, atravesando la gélida tundra siberiana, el desierto de
Gobi, el Tíbet y las montañas del Himalaya, hasta la India británica. El libro
The Long Walk está basado en esta historia.
Fuentes: El Guardián