Hablar de extraterrestres como si todos fueran iguales es un error.
Se reconocen distintas especies de aliens como los denominados “grises” o los “reptilianos”. Aunque, de momento, los escépticos los van a seguir incluyendo solo en lo imaginario.
Sin embargo, según varios investigadores independientes, hay otros grupos que tendrían influencias a lo largo de toda nuestra galaxia. Uno de ellos en particular: los felinos.
De acuerdo a personas de todo el mundo que dicen haber sido visitados por ese tipo de seres (o contactado telepáticamente con ellos), los felinos son una de las razas primarias de nuestro universo. Ellos habrían llegado acá procedentes de otro universo para ayudar a configurar y supervisar el nuestro.
Físicamente, son bípedos y tienen una altura aproximada de 3 a 5 metros. Su piel está cubierta por una especie de pelusa suave, y tanto los machos como las hembras poseen el pelo largo. Su color varía de azul a los ojos de oro y puede cambiar de azul a dorado a medida que envejecen, afirman los extraños relatos que aseguran tener información sobre esta supuesta especie.
Estos felinos son cálidos, curiosos, inquisitivos e intelectuales, pero a medida que maduran se vuelven más sombríos, introspectivos y apacibles. Los ancianos son venerados por la sabiduría, la compasión y la introspección. Como raza tienen un gran sentido de la responsabilidad.
Los felinos eran seres etéricos que fueron convocados por otros seres para vivir en nuestro universo. Ellos llegaron a un planeta ubicado en la constelación de Lyra al cual bautizaron como “Avyon”, que se parece mucho a la Tierra, ya que también posee montañas, lagos, ríos y océanos, con gran variedad de vegetación y animales.
Luego de millones de años de evolución, la mayoría de ellos adoptó cuerpos físicos semejantes a leones y otros felinos. Otros, en tanto, permanecieron en el plano etérico. Sin embargo, los primeros mantuvieron la conciencia de sus contrapartes etéricas y mezclaron su ADN con el de un simio bípedo que vivía en Avyon. De esta forma, fueron tomando un cuerpo más parecido al de los humanos, pero manteniendo la mayor parte de sus rasgos faciales y otras características de los felinos.
Con el tiempo continuaron evolucionando y desarrollaron la tecnología necesaria para realizar viajes espaciales mientras sus hermanos etéricos continuaron actuando como sus guías.
Aunque estas descripciones pueden resultar descabelladas, quienes creen en estos temas afirman que muchos de ellos se convirtieron en excelentes genetistas desarrollando formas de vida en diversos tipos de planetas y estrellas en el universo. Una de ellas fueron los humanos a quienes, dicen estas raras versiones, realizaron diversas mejoras genéticas y posteriormente fueron adorados por éstos.
En este sentido, Anton Parks, polémico investigador independiente y autor del libro “Las Crónicas de Girku” (donde habla de diversas especies alienígenas que habrían visitado la Tierra hace miles de años), cree que los “Urmah” (así presuntamente los llamaban los sumerios) fueron incluidos en el panteón de dioses de diversos pueblos en la antigüedad.
Lo anterior se debería a que los “Urmah” siempre han sido considerados como excelentes guerreros y genetistas, por lo cual mantienen una alta jerarquía dentro de las distintas civilizaciones que conforman este universo.
Según Parks, los Urmah son convocados por un consejo de mundos cada vez que se producen situaciones difíciles o graves violaciones a las reglas comunes para que restauren el orden establecido.
Un ejemplo de ello sucedió, de acuerdo a esta increíble historia de Anton Parks, hace 65 millones de años, cuando los Urmah “tuvieron la misión desgarradora de limpiar la Tierra de dinosaurios, dirigiendo un proyectil demoledor.
Fuente:
•Víctor Vargas
Imagen:
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•Nataly Ignao