Durante los últimos años se ha recomendando un mayor consumo de ácido fólico –aditivado generalmente en las harinas- en los meses previos al embarazo y durante el primer trimestre de gestación, para reducir el riesgo de que el feto sufra defectos del tubo neural: ahora científicos estadounidenses relacionan esas mayor ingesta con la aparición de autismo en los niños.
La recomendación ya tradicional es que se aumente la dosis de ácido fólico para reducir hasta en un 70%, los riesgos de que el feto sufra defectos del tubo neural, tales como espina bífidca, anencefalia, y encefalocele, todos defectos que ocurren durante los primeros 28 días del embarazo, por lo general antes que la mujer sepa que lo está.
En tanto solo el 50% de los embarazos, aproximadamente, son planificados, se ha recomendado a las mujeres en edad fértil y sin tomar anticonceptivos, que tomen la cantidad necesaria de ácido fólico, considerado vital en el desarrollo del ADN.
Un trabajo de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, EE.UU., afirma ahora que tomar mucho ácido fólico así como vitamina B12, aumentan 17,6 veces el riesgo de que un niño padezca autismo.
El ácido fólico, aparece naturalmente en alimentos como frutas, vegetales, granos, hígado vacuno, yema de huevo, brócoli, espárrago, jugo de naranja, pero es difícil que con el consumo natural se logre la cantidad necesaria para una embarazada que debería consumir un mínimo de.4 miligramos diarios.
Los investigadores dicen que no hay razones para cambiar todavía las recomendaciones conocidas hasta tanto no se realicen más muestreos pero de momento lo mejor es evitar una sobredosis de lo recomendado por los médicos.
Fuente: lared21
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