Científicos lograron desarrollar la primera capa portable de invisibilidad de la historia, que a diferencia de cualquier intento anterior, logra desaparecer objetos grandes a plena luz del día, sin emplear ningún equipamiento adicional. Se trata de un equipo alemán del Instituto Tecnológico de Karlsruhe, responsable de inventar una capa de invisibilidad portable, capaz de tornar invisibles a la vista grandes objetos, pero sin requerir ningún tipo de equipamiento adicional. Será presentada en la próxima Conferencia sobre láseres y electro-óptica (CLEO 2015), a realizarse en California. Son varios los científicos que, con anterioridad, presentaron dispositivos capaces de hacer desaparecer objetos muy pequeños, cubriéndolos para no ser detectados con ondas de luz de longitud muy corta, prácticamente imperceptibles para el ojo humano. El caso de los investigadores alemanes, al mando de Robert Schittny, es muy diferente: logró desarrollar un dispositivo que hace invisibles objetos de mayor tamaño y en condiciones de luz normales. Los científicos debieron resolver un problema mayor: para que un objeto resulte invisible, es preciso desviar la luz alrededor de él, lo que supone que la luz realice un recorrido mayor y a mayor velocidad, lo cual es virtualmente imposible, ya que para la ciencia actual es imposible superar la velocidad de la luz. Lo que sí pudieron hacer es frenar la velocidad de la luz, para luego acelerarla (o dejar de frenarla), hasta su velocidad normal, lo que lograron hacer al colocar un objeto cilíndrico metálico, recubierto de pintura acrílica, que refleja la luz difusamente. El tubo cilíndrico fue colocado a su vez dentro de un bloque de polímero orgánico, a base de silicio y partículas de dióxido de titanio, con la especial propiedad de dispersar las ondas de luz y, consecuentemente, frenar su velocidad. En otras palabras, el material frena en primera instancia la velocidad de la luz, que luego acelera y cubre el objeto, tornándolo invisible.
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