El pueblo de Tolar Grande, muy cerca de San Antonio de los Cobres, está casi escondido en uno de los rincones más áridos, deshabitados y aislados de la Argentina. Se llega tras un viaje de nueve horas desde la capital salteña, pasando de los verdes paisajes del valle de Lerma a la sequedad más extrema y la ausencia casi total de vida animal y vegetal.
Con más de 3.000 metros de altitud y una superficie de 1600 km2.
La forma cónica y casi perfecta que domina la parte sur del salar, con claras similitudes a las pirámides de Egipto, se eleva 200 metros sobre el nivel del Arizaro y es considerado como el cono natural más perfecto del mundo.
En lengua aymara, “filoso” o “punzante”.
En la lengua kunza o atacameño, la palabra Arizaro significa el 'nido del cóndor' o el 'dormidero del buitre', en alusión a los sitios donde descansaban los cóndores que sobrevolaban y bajaban de la cordillera para alimentarse de los animales que yacían muertos en el camino.
Por otra parte muchos autores afirman que la palabra proviene del quechua «ari-saru» que significa “huellas hirientes” por hacer referencia a la filosa sal que se encuentra en su superficie del salar, pero ninguna de estas palabras existen en esta lengua antigua.
Pero si trazamos una línea recta que una el Cono con la misteriosa Tiwanaku en La Paz y seguimos esa línea hacia el Norte, notamos que el Cono está en la misma dirección que la llamada «pirámide de las Bahamas», que se alinea con las pirámides de Egipto.
Leyendas señalan que la formación natural pudo ser utilizada como un centro ceremonial inca.
Fuente:
• Notimérica