•El padre Gerald Robinson:
Sacerdote 68 años estadounidense fue condenado a cadena perpetua por el salvaje asesinato, siguiendo rituales satánicos, de una monja de 71 años poco antes de la vigilia pascual de 1980.
La religiosa había sido maltratada, estrangulada y apuñalada 31 veces. Los golpes formaban un crucifijo invertido sobre su pecho, tenía la ropa interior por los tobillos, y estaba medio desnuda, con el cuerpo cubierto por una sabanilla del altar.
El experto en ciencias ocultas padre Jeffrey Grob, de la Arquidiócesis de Chicago, dijo que la escena del crimen tenía todas las señales de un rito satánico.
•Araceli Meza 49 años :
Pastora acusada por causar la muerte, a un bebe, tras declararlo poseído por un demonio.
Varios testigos reportaran que el niño fue privado de alimento y que se le mantuvo sólo con agua durante 25 días, hasta que murió un 22 de marzo.
La mujer era vicepresidenta de la Iglesia Internacional Jesús es el Rey,
sostenía ser una profeta que podía comunicarse directamente con Dios, y operaba los ritos en su casa.
•Sacerdote Dagoberto Valle 55:
Mexicano sentenciado a 55 años de prisión y 10.000 dólares de multa por el asesinato de joven que resultó ser su propio hijo.
En sus declaraciones, el sacerdote aceptó haber procreado, a quien asesinó para evitar que le fuera interrumpida su orden sacerdotal si se llegaba a conocer la verdad.
El joven asesinado fue Oscar Emmanuel Valle Hernández, hijo del sacerdote y de María Félix Hernández.
•José Francey Díaz Toro, de 50 años:
María del Carmen Arango, de 31 años, estalló en cólera, consumida por los celos. Le amenazó con desvelar a sus superiores eclesiásticos el secreto de su larga convivencia, de la hija de ambos, de la cadena interminable de mentiras.
El párroco de Mistrató, intentó convencerla de que no destapara el escándalo. Discutieron de forma acalorada hasta que el hombre a garrotazos, asesinó a la madre y a la niña, María Camila, de cinco años, en la casa que había sido su hogar en el último lustro, adjunta al templo donde impartía su ministerio. Luego, como si fuese un consumado criminal, urdió un plan casi perfecto para encubrir el horrendo crimen.
Metió en bolsas negras los cadáveres, limpió los rastros de sangre, y transportó en su Chrysler Samurai color blanco su carga macabra hasta un paraje deshabitado, cercano al río Guática. Roció los cuerpos de gasolina, les prendió fuego y sin esperar a que se consumieran por completo.
Cecile Bombeek
Conocida como la hermana Godfrida, monja de la congregación de las Hermanas de San José, que es una congregación de monjas católicas. En 1975, Bombeek, que vivía en Gante, Bélgica. Fue operada por un tumor cerebral.
1977, Bombeek estaba en rehabilitación de drogas por tercera vez por su profunda adicción a la morfina. Después de ser liberada, quería volver a trabajar en el hospital. Las autoridades del hospital, obviamente no querían de vuelta, por lo que la confrontaron por las elevadas tasas de mortalidad cuando ella estaba cerca. Ahí fue cuando confesó haber matado a tres pacientes en julio y agosto de 1977. Sus víctimas estaban entre las edades de 75 y 80, y los mató dándoles una sobredosis de insulina.
En cuanto a por qué Bombeek lo hizo, ella dijo que los mató porque eran "demasiado difíciles por la noche". Ella también robó 30,000 $ de ellos y los gastó en morfina. También hubo informes de que Bombeek vivió un lujoso estilo de vida con su compañera de piso, que también era una monja. También tuvo un supuesto romance con su compañera de habitación y un sacerdote retirado.
Las autoridades no están seguras de cuantas personas verdaderamente mató la monja adicta, pero en un año, 21 de 38 pacientes que fueron tratados por Bombeek murieron. Después de haber sido acusada de asesinato, Bombeek fue sometida a un examen psicológico y se consideró no apta para ser juzgada. Fue internada en un hospital psiquiátrico.
Fuentes:
•Emol
•noticia cristiana
•ateismoparacristianos
Imagen:
•turadioenelaireonline