A pesar de que su camuflaje tubercular no permite distinguirla fácilmente, la rana "es bastante común. Solo que vive en un ambiente bastante inaccesible", comentó un especialista. Una pequeña rana, que como los juguetes Transformer puede alterar su aspecto en segundos, fue descubierta en los bosques nublados de los Andes de Ecuador, uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, dijo a la AFP el científico ecuatoriano que lideró las investigaciones. El extraño anfibio de color verdoso, bautizado Pristimantis mutabilis, es la única especie de vertebrados reportada hasta el momento capaz de convertir las protuberancias y rugosidades de su piel en una superficie lisa y resbaladiza. "Eso es una rareza. Se ha documentado que hay reptiles que cambian el color de la piel como los camaleones, pero no se había visto estos cambios tan dramáticos de textura", explicó el biólogo Juan Manuel Guayasamín. En apenas 330 segundos, la rana, de hasta 23 milímetros de longitud, puede variar su apariencia, presumiblemente como mecanismo de defensa para escapar del peligro, agregó el director del Centro de Investigación de la Biodiversidad y el Cambio Climático de la Universidad Tecnológica Indoamérica de Ecuador. "Lo más extravagante es ese cambio de textura en un vertebrado", enfatizó Guayasamín, quien recordó que entre los invertebrados hay un pulpo que puede mutar en color y aspecto. La rana tiene como hábitat el musgo, en el que se mimetiza totalmente gracias a su pellejo tubercular, con formas de espinas, y es capaz de variar de tonalidad. El biólogo describe a esta ranita "Transformer" como un animal nocturno, arbóreo y con varios tipos de cantos, algo inusual entre los anfibios. "El repertorio es interesante", señaló. Hasta el momento se han encontrado siete ejemplares en dos bosques nublados de la Sierra Andina ecuatoriana. 557 especies de anfibios Si bien la existencia de la Pristimantis mutabilis acaba de ser divulgada por la revista científica Zoological Journal de la británica Linnean Society of London, su hallazgo se remonta a 2009. Ese año, los científicos estadounidenses Tim y Katherine Krynak encontraron una ranita verdosa "con muchos tubérculos" en la reserva Las Gralarias, cerca de la localidad de Mindo, a unos 35 km al oeste de Quito, donde investigaban. "Al día siguiente, en el laboratorio, se dieron cuenta de que los tubérculos habían desaparecido, de que el bicho estaba completamente liso y obviamente se asombraron", relató Guayasamín, quien dirigió los estudios. Al equipo, el que también integran el estadounidense Carl R. Hutter, de la Universidad de Kansas, y al español Jaime Culebras, de la Indoamérica, le tomó seis años desarrollar un trabajo científico sobre la nueva especie anfibia, endémica de Ecuador. "Es impresionante, es sorprendente que todavía podemos encontrar animales que son completamente novedosos", dijo Guayasamín, quien junto a expertos de Brasil, Suiza y Estados Unidos ahora trata de determinar cómo "en tan poco tiempo" la rana puede cambiar su textura y por qué es tan flexible su piel. Guayasamín, quien ya descubrió otras 30 especies diferentes de ranas en Ecuador, Venezuela y Perú, estimó que podría haber otros anfibios con la misma capacidad de mutar de piel. "Simplemente significa que nadie lo ha documentado", dijo. Ejemplares de esta rana también fueron capturados en la reserva Los Cedros, en la provincia de Imbabura, norte de Ecuador. "Son iguales en su morfología externa, pero diferentes genéticamente", explicó Guayasamín. Con 557 especies de anfibios, Ecuador es tercer país con mayor diversidad de estos animales en el mundo después de Brasil (994) y Colombia (767), agregó. Sin embargo, desde hace unos 30 años, unos 15 ejemplares de anfibios documentados no han sido vistos en territorio ecuatoriano.
Foto. Zoological Journal of the Linnean Society.