Finalmente tras varios meses la empresa alemana Bayer anunció que cerró un acuerdo para comprar a su par estadounidense Monsanto por 66 mil millones de dólares. Lo que significa la mayor oferta jamás realizada por una empresa alemana para la adquisición de una empresa extranjera.
Bayer, líder de la industria farmacéutica busca ampliar con esta fusión su línea de negocios en la industria agrícola y sumará a su rama de agroquímicos, comercializados por la firma CropScience que le pertenece, las más de dos mil variedades de semillas patentadas por Monsanto. El grupo alemán le pagó a la multinacional de herbicidas e ingeniería genética de semillas estadounidense un valor de 128 dólares por acción.
La fusión de estos dos gigantes generará un volumen de negocios anual de 25.800 millones de dólares y una planilla de 140 mil empleados en el mundo. Actualmente Bayer cuenta con 117 mil empelados alrededor del mundo mientras que Monstanto tiene cerca de 23 mil. Ambas compañías, que actualmente ya producen pesticidas, juntas controlarían el 28% del mercado mundial de esa actividad.
La unión es calificada por sus detractores como “matrimonio infernal” y despertó fuertes críticas, principalmente en Alemania, debido a que la sociedad de ese país se opone mayoritariamente a los transgénicos.
Bayer por su interés en Monsanto, lo lleven a querer ‘deshacerse’ de la empresa estadounidense, debido a que ésta “tiene mal nombre” y una imagen negativa, mientras que ellos se caracterizan por la buena fama acaparada en “y si es Bayer, es bueno”. Werner Baumann, presidente de Bayer, le dijo al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung que “basta recordar que Bayer goza de una excelente reputación global y debemos aprovechar esa ventaja”.
Sin embargo más allá de la reputación Bayer desarrolla, produce y vende productos similares a los de Monsanto, solo que no genera una percepción pública tan negativa como si lo hace la empresa estadounidense. Ecologistas de todo el mundo critican abiertamente a Monsanto, particularmente a sus pesticidas como el glifosato, un producto que es incluso cuestionado por Organización Mundial de la Salud (OMS) que lo cataloga como “probablemente cancerígeno para los humanos”.
Sobre esa percepción Jan Pehrke, de la ONG alemana “Coalición contra los peligros de Bayer” explicó a Deutsche Welle que es más difícil dar a conocer las actividades de Bayer en la producción de pesticidas debido a que la compañía está involucrada en muchas más áreas que Monsanto, que básicamente vende semillas y transgénicos: “Tratamos de informar a la opinión pública que, aparte de Monsanto, hay muchas otras multinacionales agroquímicas enormes, que también producen sustancias peligrosas,”
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