Un estudio biológico de la Universidad de Bielefeld (Alemania) publicado en la revista “Nature Communications” ha descubierto algo insólito: Las plantas no sólo se alimentan de la energía del sol, sino que también le roban la energía a otras plantas. Tal sustracción no sería exclusiva del reino vegetal, sino que también se generaría a diario entre los humanos.
El equipo de investigación, liderado por el doctor Olaf Kruse, demostró que una especie de planta, precisamente el alga verde Chlamydomonas reinharti tiene la particularidad de que no sólo usan la fotosíntesis para nutrirse, sino también le sustraen la energía a otras plantas.
“Es la primera vez que este comportamiento se confirma en un organismo vegetal. Estas algas pueden digerir la celulosa contradiciendo todos los apuntes anteriores. En cierta medida, lo que estamos viendo son plantas que se alimentan de las plantas”, afirmó Kruse a la revista Nature.
“Cuando los estudios energéticos se vuelvan más avanzados en los próximos años, vamos a ver que esto se traducirá a los seres humanos también”, dijeron los especialistas. “El organismo humano es muy parecido a una planta. Toma la energía necesaria para alimentar los estados emocionales y esta esencia puede energizar las células”.
En este sentido, la psicóloga y curadora energética, doctora Olivia Bader-Lee, afirmó que con las personas pasa lo mismo que con las plantas pues, al igual que las esponjas, absorbemos las energías del entorno. Tal capacidad nos ayuda a sentirnos con mayor vitalidad, pero también nos vuelve permeables al robo de energía por parte de otras personas.
“Los humanos pueden curarse entre sí simplemente a través de la transferencia de energía al igual que las plantas”, afirmó Bader-Lee quien agregó que por esa razón el estar cerca de la naturaleza “es estimulante y energizante para tanta gente y también es por eso que ciertas personas se pueden sentir incómodas en grupos específicos donde hay una mezcla particular de energía y emociones”, concluyó la especialista.
Fuente:
•Víctor Vargas
Imagen:
•Foto: Alga Chlamydomonas reinhardtii. /protist.i.hosei.ac.jp
•shurya.com
El equipo de investigación, liderado por el doctor Olaf Kruse, demostró que una especie de planta, precisamente el alga verde Chlamydomonas reinharti tiene la particularidad de que no sólo usan la fotosíntesis para nutrirse, sino también le sustraen la energía a otras plantas.
“Es la primera vez que este comportamiento se confirma en un organismo vegetal. Estas algas pueden digerir la celulosa contradiciendo todos los apuntes anteriores. En cierta medida, lo que estamos viendo son plantas que se alimentan de las plantas”, afirmó Kruse a la revista Nature.
“Cuando los estudios energéticos se vuelvan más avanzados en los próximos años, vamos a ver que esto se traducirá a los seres humanos también”, dijeron los especialistas. “El organismo humano es muy parecido a una planta. Toma la energía necesaria para alimentar los estados emocionales y esta esencia puede energizar las células”.
En este sentido, la psicóloga y curadora energética, doctora Olivia Bader-Lee, afirmó que con las personas pasa lo mismo que con las plantas pues, al igual que las esponjas, absorbemos las energías del entorno. Tal capacidad nos ayuda a sentirnos con mayor vitalidad, pero también nos vuelve permeables al robo de energía por parte de otras personas.
“Los humanos pueden curarse entre sí simplemente a través de la transferencia de energía al igual que las plantas”, afirmó Bader-Lee quien agregó que por esa razón el estar cerca de la naturaleza “es estimulante y energizante para tanta gente y también es por eso que ciertas personas se pueden sentir incómodas en grupos específicos donde hay una mezcla particular de energía y emociones”, concluyó la especialista.
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•Foto: Alga Chlamydomonas reinhardtii. /protist.i.hosei.ac.jp
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