Los humanos más viejos del planeta, no lo dicen las arrugas de sus ojos, ni las canas que tiñen su pelo, sino el mayor estudio de ADN de aborígenes realizado hasta la fecha.
¿Su conclusión?
Los primeros humanos modernos que emigraron de África antes que el resto, hace unos 60.000 años, acabaron instalándose en Australia.
El enigma de dónde venimos, en antropología, tiene una respuesta clara: del continente africano. Todos los humanos actuales provenimos de los Homo Sapiens que se aventuraron a salir de allí atravesando el hielo y continentes entonces unidos. Sin embargo, cuántas veces salieron nuestros antepasados de África y cuándo son interrogantes claves para comprender nuestro pasado. Investigaciones publicadas en la revista Nature.
Hasta hace poco, no se había analizado en profundidad el ADN de los primeros pobladores de Australia. Ha sido uno de estos estudios el que ha secuenciado el genoma de 83 aborígenes australianos y los ha comparado con 25 personas de Papúa-Nueva Guinea –debido a que milenios atrás eran un mismo terreno-. El resultado ha sido que allí está la población viva más antigua del mundo y que, sorprendentemente, sus genes difieren mucho entre sí.
Es decir, que entre los aborígenes australianos existen tantas diferencias como las que presenta el ADN de un francés y un japonés en la actualidad.
Curioso es también que, aunque la población de aborígenes australianos ha permanecido aislada durante largo tiempo, las lenguas que hablan el 90% de ellos pertenecen a una familia lingüística que solo tiene 6.000 años.
No sé sabe exactamente por qué esta población del noroeste emigró al centro, pero los científicos opinan que pudo deberse a algún motivo religioso.
Los aborígenes australianos comenzaron a diferenciarse de los de Papúa-Nueva Guinea mucho antes de que el nivel del mar creciera y separara el continente. Su flujo genético –el sexo entre ambos- cesó hace 37.000 años cuando la separación física del terreno ocurrió hace solo 10.000 años.
Todos los humanos actuales provenimos de los Homo Sapiens que se aventuraron a salir de África.
Fuente:
Astrid Otal