Estudios cree que hay pistas debajo del Monte Sión
El Monte Sión es un lugar de gran importancia para el pueblo judío, siendo citado en las Escrituras como el equivalente a Jerusalén y otros montes de la ciudad, con el Moriá (Monte del Templo). El arqueólogo judío Harry Moskoff, productor ejecutivo de un documental sobre el Arca de la Alianza, afirma que el Vaticano, que es propietario de la Abadía de la Dormición y de gran parte del lugar, está impidiendo mostrar al mundo el artefacto sagrado que puede estar enterrado.
Moskoff sostiene que, como enseñan algunos rabinos, el rey David se mudó de su palacio en el lugar conocido como “ciudadela de David”, en la ladera sur del Monte del Templo, viviendo en el Monte Sión en los últimos años de su vida. Según la tradición, su tumba está, hasta hoy, ubicada en el Monte de Sión, lo que puede ser “clave” para el descubrimiento del arca.
Sin embargo, el foco del arqueólogo era mostrar los túneles que quedan en el subterráneo, con muchas recámaras, que podrían darle alguna indicación o incluso llevar hasta donde el arca pudo haber sido escondida. En cuanto hizo el pedido para filmar los túneles debajo del Monte Sión, Moskoff encontró resistencia de ONGs que le impidieron entrar allí. “He sido informado inmediatamente de una batalla política por el dominio del lugar, que se opone al trabajo arqueológico”, “Estos grupos tienen mucho poder y me impiden filmar”.
La ONG, Emek Shaveh es financiada por la Unión Europea, así como por organizaciones anti-Israel como el New Israel Fund. “Estas ONG están tratando de desacreditar la base bíblica de la arqueología en Israel”, dijo Moskoff, que ya intentó hacer investigaciones arqueológicas bajo el Monte del Templo, pero fue prohibido por los palestinos que controlan el lugar. “Los sitios arqueológicos también son los lugares bíblicos. “Ellos están atacando la arqueología para esconder una batalla religiosa”. En suma, cuanto menos excavaciones, menores las posibilidades de desmontar científicamente las alegaciones de los palestinos sobre su presencia en la ciudad desde hace milenios.
Eli Dan, que trabajó en la dirección de Diaspora Yeshiva, una institución rabínica con sede en el Monte de Sión, explica que fue encargado de cuidar el complejo que alberga la tumba del rey David inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días en 1967. Fue cuando entendió como se produjo la “difícil y larga batalla” por el control del lugar.
“El Vaticano luchó durante años para conquistar el control del Monte Sión”, destacó Dan, “Su principal interés está en la sala donde los cristianos creen que la última cena fue realizada, llamada de cenáculo”.
“Algunos papas defendieron una agenda política en favor de la causa palestina porque querían ganar el control del lugar”, cree. “Pero ese salón se encuentra en el piso de la tumba del rey David. Para Dan, no se puede ignorar que, según la tradición, el rey Salomón, el rey Ezequías y varios sumos sacerdotes también fueron enterrados en el Monte Sión.
“Esa batalla por el control del Monte es más profunda. Es una disputa por su identidad: es un lugar religioso judío, un lugar católico, o simplemente una atracción turística sin significado religioso”, dice. En 2014 fue la última vez que se hizo público, cuando Francisco visitó el lugar y presionó la ciudad de Jerusalén, pero ninguna decisión ha sido anunciada.
Para Moskoff, el Vaticano se beneficia del activismo de los palestinos. “Sólo que los palestinos no tienen nada que ver con eso aquí y no tienen ninguna conexión cultural o religiosa con el lugar”, continuó. “Ellos quieren tener influencia y sus ONG todavía causan problemas”. Por su parte, los islamistas dicen que David es uno de sus “profetas” y muchos de ellos visitan la tumba en las peregrinaciones que hacen a Jerusalén.
Moskoff no desistió de hacer su documental, pero cree que se está encontrando con un problema para el que nadie atenta: “Si no actuamos, ellos van a quitar nuestros derechos a acceder a nuestros lugares sagrados”.
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