Cuenta la leyenda que la tumba que se ubica en el Cementerio N°3 de Playa Ancha de Valparaiso Chile, pertenece a "Martín Busca", un inmigrante español que llegó durante el siglo XIX, siendo totalmente un vagabundo sin tener siquiera un lugar donde vivir.
Por las calles recorre la historia de que cansado de su situación, "Martín Busca" recurrió a un pacto con el diablo, ofreciéndole su alma a cambio de riquezas. El trato era simple: una vez que él estuviera muerto, y sus huesos tocaran la tierra, el diablo podría reclamar su alma.
Fue así como, de la noche a la mañana, Martín Busca se enriqueció infinitamente, compró un fundo alejado de la ciudad en Ovalle y se estableció ahí, siendo un buen vecino, buen patrón, que gozaba de compartir sus riquezas con quienes lo rodeaban.
Pero sin duda alguna que lo que no compartió con todos, fueron sus planes para engañar al diablo y que, llegada la hora, no se llevara su alma. Los Ovallinos aún recuerdan que durante las noches podía verse una gran carroza con caballos negros entrando al fundo de Busca, para recordarle el pacto.
Pero el diablo no pudo llevárselo: ya a los 77 años, de regreso a Valparaíso, el señor Martín creó un mausoleo anti sísmico con su tumba en el centro, sostenida por cuatro pies, para que así sus huesos no tocaran el piso. Y así es hasta hoy: la tumba sigue sin tocar el piso, y quienes recorren el cementerio durante la noche pueden oír hasta hoy al Príncipe de las Tinieblas buscando el alma de Martín.