Para ellos, ya sonaron las trompetas del Apocalipsis y el Juicio Final está cerca.
Y lo protagonizará, dicen, una mujer, la reencarnación de Jesucristo, que es china y perseguida.
Son los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso, una secta que las autoridades de Pekín consideran "terrorista" y otras denominaciones cristianas tildan de "culto satánico".
Pero sus miembros se consideran poseedores de la "verdad última", dueños de la "religión verdadera", de una "buena nueva" que los "poseídos por el mal" no pueden ver: que Jesús ya está de regreso, viste faldas y solo le regalará el cielo a unos pocos: los que crean en Ella.
Surgido en la década de 1990 en una ciudad de la provincia de Henan, en la región centro-oriental de China, el culto se mantuvo por años en el más estricto secretismo, al parecer, por una razón deducible: se declaran abiertamente anticomunistas y consideran que el gobierno de Pekín está influido por el demonio.
No fue hasta 2014 cuando saltaron a la palestra, luego de que algunos de sus miembros fueron condenados por matar a golpes una mujer que, según el gobierno chino, se negó a darles su número de teléfono cuando intentaban convencerla de sumarse a la secta.
Ellos alegaron que la joven estaba poseída por Satán.
No fue la primera vez, sin embargo, en que fueron acusados de "expulsar demonios" a base de porrazos y golpes mortales.
Y el Verbo se hizo carne (de nuevo)
En su libro "Deceived by the Lightning"(Engañados por el rayo, en español), Lois Chan y Steve Bright dos de los primeros investigadores en estudiar los orígenes de la secta, explican que fue creada por un profesor de física llamado Zhao Weishan, quien tras ser perseguido, logró escapar de China y estableció la sede del culto en Estados Unidos.
De acuerdo con los autores, Zhao, en un inicio, se autodefinió como la reencarnación china del mesías y fundó una iglesia para darse culto a sí mismo junto a siete discípulos provenientes de otra secta fundamentalista cristiana denominada los "Gritadores".
Luego, no queda claro en qué momento, su polémica teología cambió: ya no sería él el Hijo del Dios de Israel, sino que proclamó que Cristo se había reencarnado en una humilde campesina del norte de China llamada Yang Xiangbin.
Según se lee en la página oficial de la secta en internet, el objetivo de la segunda venida del Mesías es juzgar y purificar al género humano y ayudarle durante "los últimos días" que restan de la batalla contra el demonio.
El libro fundamental del culto, al que llaman "evangelio" o "santa biblia" se denominada "La Palabra manifestada en la piel" y, de acuerdo a los seguidores, fue escrito de puño y letra por la versión china y femenina de Jesucristo.
Ahí dicen que "Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, inició oficialmente su trabajo en China en 1991", pero el gobierno se opuso y persiguió "cruelmente" a la Mesías (es decir, a Yang), así como a sus "siervos" y "al pueblo escogido".
El historiador chino residente en México Liu Chengzu explica que la secta se conoce en su país con el nombre de "Relámpago Oriental" y no fue hasta su difusión en Estados Unidos cuando se "occidentalizó" como Iglesia de Dios Todopoderoso o Iglesia del Evangelio del Reino.
"Realmente es muy poco conocida dentro de China, como la mayoría de los cultos cristianos. No creo que existen estadísticas creíbles sobre sus miembros, pero se estima que sus principales seguidores pertenecen a regiones del interior, zonas pobres alejadas de las grandes ciudades, donde hay más condiciones para que surjan (cultos de este tipo)","El evangelio se extendió a través de China continental y rápidamente a Hong Kong, Taiwán, Corea, Japón, Estados Unidos, Canadá y muchos otros países y regiones. No importa en qué país se encuentren, todos los creyentes practican la Palabra", afirmó.
Pero si es perseguido y prohibido dentro China, su proyección internacional parece estar basada en internet. Desde allí intentan captar prosélitos de todo el mundo a base de becas y estudios bíblicos que se realizan a través de cuentas de Facebook y de Skype.
Estas redes sociales resultan el eslabón fundamental: desde allí aprenden los "misterios" y las "revelaciones" del libro fundamental de su credo: "La Palabra manifestada en la piel" y de otras secuelas que se le atribuyen a la mesías y a su profeta.
El culto, de acuerdo con Pekín, se sostiene por los diezmos que deben pagar sus creyentes como "membresía", ascendente a unos US$320 mensuales y son adoctrinados en la creencia de que a mayores donaciones, más grandes serán los privilegios en el Paraíso.
Cristianismo y fundamentalismo en China.
La Iglesia de Dios Todopoderoso se cuenta sí misma como una de las principales víctimas de la persecución religiosa del gobierno y cita en su página decenas de casos en que sus adeptos han sido reprimidos por expresar su fe.
El culto niega, además, las acusaciones de asesinatos, mutilaciones y disturbios que tanto el gobierno chino como organizaciones de derechos humanos han atribuido a sus fieles.
Un documental realizado por la BBC en 2014, tras el asesinato de la mujer, reveló que uno de los basamentos fundamentales de este culto es el de "matar demonios", una creencia que mezcla fundamentos del cristianismo y de antiguas tradiciones asiáticas en las que se cree que las personas son poseídas por fuerzas malignas.
De acuerdo con varios entrevistados para ese material, las personas que deciden abandonar la secta pueden ser torturadas, perseguidas o castigadas de diversas maneras por otros miembros.
Al preguntarle sobre estos casos, responden, que "solo Dios puede premiar a los buenos y castigar a los desviados".
Fuente:
•semana 35
Imagen:
•la tercera
•Observatorio del Laicismo