El luna real usa sus branquias como el radiador de un coche para conservar el calor La otra evolución de las especies .
En las últimas décadas, se ha ido viendo que algunos animales no siguen la norma a rajatabla. Pero es ahora cuando se ha descubierto el primer pez 100% de sangre caliente, el luna real. Desde un punto de vista evolutivo, tener la sangre caliente o fría son dos estrategias igual de válidas. Pero, para los animales con capacidad de conservar el calor generado por el propio cuerpo (endotermia), este mecanismo se ha demostrado ideal en entornos de bajas temperaturas o en ecosistemas con oscilación térmica acusada. Además, la sangre caliente aumenta la capacidad de reacción del animal, su potencia muscular y el mantenimiento de un rendimiento sostenido. Basta observar el comportamiento casi letárgico de muchos peces o las eternas siestas de los cocodrilos. Eso sí, la endotermia obliga a los animales de sangre caliente a un metabolismo mucho mayor.
En el mar todo se complica. El agua es un gran disipador del calor y para los mamíferos marinos es todo un reto mantenerlo. Por eso, que los peces sean de sangre fría parece la mejor opción. Sin embargo, en las últimas décadas, los biólogos han ido descubriendo un reducido número de peces capaces de mantenerse calientes.
biólogo Nicholas Wegner, Este científico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU (NOAA, por sus siglas en inglés) ha descubierto junto a otros colegas que este pez mantiene todo su cuerpo a temperaturas varios grados por encima de las frías aguas por donde se mueve. Denominado científicamente Lampris guttatus, el luna real es uno de los peces más extraordinarios y menos conocidos que hay. De forma ovalada y plana, tiene un diámetro similar al de una alcantarilla y puede pesar más que un humano. A diferencia de la mayoría de los peces, se desplaza moviendo sus aletas pectorales como si fuera un pájaro. Aunque está presente en todos los mares relativamente cálidos, es un animal raro de ver y siempre lejos de la costa. Con una amplia paleta de colores, del rojo al azul pasando por el naranja, los pescadores andaluces lo llaman gitana o flameca.
El biólogo Nick Wegner " consiguen intercambiadores de calor a contracorriente únicos que tienen en las branquias y minimizan la pérdida de calor al exterior cuando la sangre entra en contacto con el agua durante la respiración", explica Wegner. La sangre calentada por el metabolismo de los músculos de este pez llega hasta las branquias."Tener el cuerpo caliente aumenta su velocidad al nadar, mejora el tiempo de reacción y la resolución visual. Esto le da una particular ventaja sobre las presas, que están a la misma temperatura que el agua".
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