Leigh Erceg, hoy con 47 años de edad, transcurría su vida normalmente, feliz, con amigos y actividades mundanas, trabajando como administradora de un campo en Colorado, Estados Unidos.
Un día del año 2009, mientras alimentaba a las gallinas, tuvo una fuerte caída y sufrió lesiones graves, que involucraron daño cerebral y afecciones a su columna vertebral. Los médicos, por entonces, no creyeron que pudiera volver a pararse o caminar. Sin embargo, paulatinamente, Erceg comenzó un largo proceso de recuperación. Aunque pudo volver a caminar, perdió cualquier recuerdo de su vida hasta el momento del accidente. Una íntima amiga de su infancia la ayudó a reconstruir su pasado, a base de conversaciones y fotos. Pero lo más asombroso del caso es que, tras el accidente, sus intereses y habilidades cambiaron para siempre, y de modo drástico: pronto se transformó en excelsa dibujante y poetiza, con increíble capacidad para las ciencias exactas y extrema sensibilidad a la luz. Clínicamente se denomina al cuadro como “síndrome del sabio”, un tipo de condición que acontece cuando una persona desarrolla repentinamente capacidades intelectuales que antes no tenía, lo que puede darse incluso a niveles prodigiosos.
También resultó alterada su percepción sensorial con un fenómeno al que se denomina sinestesia, por el que una persona puede oler un color, mirar un sonido y escuchar una figura geométrica, por ejemplo.
Los especialistas aseguran que se trata del primer caso documentado en que ambos cuadros, sinestesia y “síndrome del sabio”, se dan conjuntamente en una persona.
Fuente: Clarín Imagen: Shutterstock
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