El objetivo es ahuyentar a los "malos espíritus".Terribles abusos físicos y emocionales" durante los llamados rituales de exorcismo.
Son los casos de abuso infantil vinculados a la fe.
La Policía Metropolitana de Londres en 2015 se reportaron 60 casos.
Las víctimas son niños acusados en sus comunidades de ser brujos y, por lo tanto, sometidos a un horrible tratamiento y abuso.
Esto incluye "golpes, quemaduras, cortes con navajas, puñaladas, estrangulamiento", y una forma de abuso emocional por aislamiento y abandono.
Tal como aseguran los expertos, en muchos de los casos son los propios padres los que someten a los niños a este tratamiento.
"Ese niño es un brujo"
Jean La Fontaine, profesora emérita de la London School of Economics y experta en África oriental, satanismo, brujería y rituales religiosos, le explica, muchas veces es la propia familia la que acusa al niño de ser un brujo.
"Puede ser la familia del niño está poseído por malos espíritus o es el pastor de la comunidad el que decide que un niño es un brujo", dice: 'Ese niño es un brujo'".
Y esa acusación conduce a someter a ese niño a un exorcismo para 'liberarlo' de esos malos espíritus.
La gente que cree que en brujería piensa que un espíritu malo puede entrar en el cuerpo de una persona, casi siempre un niño.
Y creen que estos espíritus sólo pueden salir del cuerpo con un exorcismo.
"El abuso de niños basado en la fe y las creencias, que incluye la posesión de espíritus, es un crimen oculto y por lo tanto difícil de cuantificar en términos de su magnitud", dice la Policía Metropolitana en su website.
Las edades de los niños sometidos a estos "rituales de exorcismo" van desde los 3 hasta los 16 años. Y los rituales, incluyen un abuso extremo.
"Primero mantienen a los niños sin comer y sin beber agua. Los aislan para que no tengan contacto con otros miembros de la familia", explica La Fontaine.
"Después, en el ritual, el pastor aplica chile en los ojos o genitales de los niños para hacerlos gritar y los golpean y los sacuden gritándole 'al espíritu' para que salga de ese niño", agrega.
"Es un abuso terrible. Los niños quedan dañados, temerosos, y en ocasiones, mueren".
Pero eso no es todo: "Lo más terrible es que en muchos de los casos son las propias madres las que acusan a sus propios hijos".
Mardoche Yembi, que ahora tiene 24 años, fue sometido a estos rituales cuando tenía 8 y fue acusado de brujo.
El niño, que nació en Congo, fue enviado a Londres para vivir con parientes lejanos.
"Me acusaron de haber matado a mi propia madre (que murió tras una larga enfermedad).
Me acusaron de comer carne humana y de volar por la casa", contó el joven.
"Decían que mi cuerpo se quedaba en la habitación pero mi espíritu volaba por la casa en las noches asustando a los niños".
"Yo era el responsable de todo lo malo que ocurría en mi familia".
En 2008 sus familiares decidieron enviarlo a Congo para someterlo a una "ceremonia de exorcismo" pero la escuela del niño alertó a los servicios sociales y evitaron que Mordachi saliera del país.
"Para muchos pastores estos rituales tienen una clara motivación financiera".
"Tienen cuotas establecidas para cada una de estas ceremonias. Dependiendo de los recursos de la familia llegan a cobrar entre US$100 y US$1.500".
Fuentes: bbc
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