1. Es una pintura
Si esto fuera cierto, debería ser posible identificar los
pigmentos utilizados mediante un análisis químico, de la misma manera que hacen
los restauradores con las pinturas antiguas.
Pero el Proyecto de Investigación del Sudario de Turín
(STURP, por sus siglas en inglés) no encontró evidencia de ningún pigmento o
colorantes en la tela en cantidades suficientes como para explicar la imagen.
Tampoco hay ninguna señal de que se dieran pinceladas.
De hecho, la imagen en la tela es apenas visible a simple
vista, y no fue identificada hasta 1898, cuando se hizo evidente en un negativo
de una fotografía tomada por Secondo Pia, un fotógrafo italiano aficionado.
La débil coloración de las fibras de lino no se debe a
ninguna sustancia oscura colocada en la parte superior o infundida en la tela -
es el mismo material de las mismas fibras que se ha oscurecido.
Y en contraste con la mayoría de los métodos de teñido o de
pintura, el colorante no puede ser disuelto, blanqueado o alterado por la
mayoría de los agentes químicos estándar.
El grupo STURP afirmó que la imagen es la forma real de un
"hombre crucificado... no el producto de un artista".
Hay manchas de sangre genuinas en la tela, de las que incluso
se sabe el grupo sanguíneo (AB, si te interesa). Hay huellas de ADN humano
también, aunque están muy degradadas.
Eso no impidió que Walter McCrone, consultor independiente
estadounidense en química y microscopía que colaboró con el equipo STURP,
afirmara que las manchas rojas atribuídas a la sangre eran de hecho partículas
muy pequeñas de pigmento rojo de óxido de hierro o rojo ocre.
Otra idea es que la imagen es una especie de calcado hecho
de una estatua bajorrelieve, pero las características físicas y químicas de la
imagen no respaldan esta teoría.
2. Fue hecha por un proceso químico natural
Si la huella de color proviene del oscurecimiento de las
fibras de celulosa de la tela, ¿qué podría haberlo causado?
Uno de los científicos más experimentados en el sudario,
Raymond Rogers, del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, EE.UU.,
argumentó en 2002 que una simple reacción química podría ser responsable de la
imagen.
El investigador sugirió que la temperatura corporal del
cadáver (si la persona murió de hipertermia o deshidratación el cuerpo podría
alcanzar brevemente unos 40 grados) podría ser suficiente para decolorar los
compuestos de carbohidratos azucarados que se encuentran en la superficie de
las fibras de algodón.
Aunque parezca una idea lógica, hay poca evidencia. Después
de todo, no es que este proceso ocurra con frecuencia en otras mortajas.
Otra idea es que la decoloración de las fibras fue causada
por una reacción química con alguna sustancia que emanaba del cuerpo.
El biólogo francés, Paul Vignon, propuso en el año 1900 que
esta sustancia podría haber sido amoníaco, producido por la descomposición de
la urea en el sudor.
Pero la teoría no funciona: de ser así la imagen sería
demasiado borrosa.
Otros científicos han sugerido que la sustancia podría ser
ácido láctico a partir de sudor.
Esto es lo que pasa cuando guardas hojas de una planta
dentro de las páginas un libro: las sustancias secretadas por la hoja
reaccionan con las fibras de papel para producir una imagen oscura, como un
negativo.
3. Es una fotografía
La fotografía de Secondo Pia evidenció que la imagen en la
tela es un negativo: oscuro donde debe estar claro.
Esto profundiza el misterio, y el propio Pia sugirió
casualmente que el sudario podría haber sido hecho como una especie primitiva
de fotografía.
El historiador de arte sudafricano Nicholas Allen se ha
dedicado a comprobar esta teoría.
Él sostiene que muchos siglos antes de que la fotografía se
inventara, ya estaban disponibles los materiales y conocimientos para crearla.
La clave está en el nitrato de plata, un compuesto sensible
a la luz, que transforma la sal de plata en pequeñas partículas negras de metal
plateado.
Esta sustancia ya se conocía en la Edad Media. La tela pudo
haber sido revestida con la sustancia y luego expuesta a la luz solar en una
cámara oscura a través de una lente - de cuarzo y no de vidrio, ya que la plata
es oscurecida por la luz ultravioleta, que es absorbida por el vidrio pero no
por el cuarzo.
De hecho Allen ha hecho réplicas del Sudario usando esta
técnica.
Pero, ¿cómo lograr que la imagen se quede en la tela cuando
la plata es eliminada?
¿Y cómo lograron los falsificadores medievales reunir todo
este conocimiento sofisticado sobre la óptica y la química sin que haya ningún
rastro de documentos escritos sobre el tema?
Todas dudas válidas que hacen a esta teoría poco probable.
4. Fue hecho por algún tipo de liberación de energía
De acuerdo con un equipo internacional de científicos y
aficionados del Grupo Científico Yahoo para el Sudario, no se pueden rechazar
las hipótesis que aseguran que la creación del Santo Sudario está directamente
relacionada con la resurrección de Jesús de Nazaret.
Los miembros de estos grupos creen que la imagen se creó
mediante "una fuente de energía que emana del cuerpo envuelto, y las
descargas electrostáticas causadas por un campo magnético".
Como estas hipótesis parecen invocar procesos desconocidos
para la ciencia, que presumiblemente se producen durante la resurrección de los
muertos, es técnicamente cierto que la ciencia no puede refutarlos, ni decir
nada sobre ellos en absoluto.
Pero las teorías de la energía no paran aquí.
Para el químico italiano Giulio Fanti, de la Universidad de
Padua, la imagen pudo haber sido quemada en las capas superiores de la tela
como resultado de un estallido de "energía radiante" - la luz
brillante, la luz ultravioleta, los rayos X o corrientes de partículas
fundamentales que emanan desde el propio cuerpo.
Según el científico Raymond Rogers, todo tipo de teorías
pseudocientíficas que invocan alguna radiación misteriosa, son responsable no
sólo de crear la imagen sino de distorsionar la datación por radiocarbono del
lino.
En general, estas teorías parten de la base de que el Santo
Sudario es genuino y buscan maneras de probarlo.
Pero lo que sí está claro es que el manto de lino conocido
como el Sudario de Turín que es venerado por el Papa Francisco este domingo es
una pieza genuina y obstinadamente desconcertante.
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