viernes, 29 de mayo de 2015

La capa óptica ya es una realidad

Científicos lograron desarrollar la primera capa portable de invisibilidad de la historia, que a diferencia de cualquier intento anterior, logra desaparecer objetos grandes a plena luz del día, sin emplear ningún equipamiento adicional. Se trata de un equipo alemán del Instituto Tecnológico de Karlsruhe, responsable de inventar una capa de invisibilidad portable, capaz de tornar invisibles a la vista grandes objetos, pero sin requerir ningún tipo de equipamiento adicional. Será presentada en la próxima Conferencia sobre láseres y electro-óptica (CLEO 2015), a realizarse en California. Son varios los científicos que, con anterioridad, presentaron dispositivos capaces de hacer desaparecer objetos muy pequeños, cubriéndolos para no ser detectados con ondas de luz de longitud muy corta, prácticamente imperceptibles para el ojo humano. El caso de los investigadores alemanes, al mando de Robert Schittny, es muy diferente: logró desarrollar un dispositivo que hace invisibles objetos de mayor tamaño y en condiciones de luz normales. Los científicos debieron resolver un problema mayor: para que un objeto resulte invisible, es preciso desviar la luz alrededor de él, lo que supone que la luz realice un recorrido mayor y a mayor velocidad, lo cual es virtualmente imposible, ya que para la ciencia actual es imposible superar la velocidad de la luz. Lo que sí pudieron hacer es frenar la velocidad de la luz, para luego acelerarla (o dejar de frenarla), hasta su velocidad normal, lo que lograron hacer al colocar un objeto cilíndrico metálico, recubierto de pintura acrílica, que refleja la luz difusamente. El tubo cilíndrico fue colocado a su vez dentro de un bloque de polímero orgánico, a base de silicio y partículas de dióxido de titanio, con la especial propiedad de dispersar las ondas de luz y, consecuentemente, frenar su velocidad. En otras palabras, el material frena en primera instancia la velocidad de la luz, que luego acelera y cubre el objeto, tornándolo invisible.

Imagen Ilustrativa: Shutterstock

Los implantes de tráquea bioartificial, bajo sospecha

La creación de tráqueas bioartificiales en 2011 fue considerado un hito:
era la primera vez que se fabricaba y usaba un órgano mezclando la física clásica (la base era una estructura plástica) con lo más avanzado en biomedicina:
el sembrado de ese andamio con células madre del paciente para convertirlo en un material que no causara rechazo. Pero aquel trabajo, que dirigió Paolo Macchiarini, está ahora bajo sospecha.
El investigador puede haber incurrido en conducta poco ética (directamente, misconduct o mala conducta en inglés) por falsear los resultados de sus trabajos, ya que no puede acreditar que los procesos fueran como él describió en sus artículos. Tampoco hay constancia de que contara con los permisos de todos los pacientes involucrados. El informe recoge los casos de los tres pacientes que se sometieron a la técnica de Macchiarini.
El primero, Andemariam Teklesenbet Beyene, un eritreo que vivía en Islandia, sufría un cáncer de tráquea que no tenía ya tratamiento. Fue operado el 9 de junio de 2011 en el Karolinska. Murió el 30 de enero de 2014. En ese tiempo, volvió a Islandia y hasta tuvo un hijo, pero la prótesis dio problemas muy pronto.  El segundo paciente recibió una prótesis diferente, para solventar los inconvenientes. El paciente era un americano de 30 años al que se operó el 17 de noviembre de 2011, y que murió el 5 de marzo de 2012. El tercero fue una mujer del norte de Turquía a la que se operó el 24 de julio de 2012, se reoperó el 9 de julio de 2013 y acabó en una sala de intensivos. Pero el informe no critica tanto los fallecimientos en sí, que se dieron en personas ya con muchos problemas previos, sino que las complicaciones se obviaran en las publicaciones al respecto y que no se tuvieran todas las salvaguardas éticas a la hora de tratarlas, empezando por pedirles un consentimiento informado. En un correo, Macchiarini ha manifestado que “se trata solo del primer paso del proceso de investigación”. “Hasta que no tengamos ocasión de contestar al informe, y no haya una decisión final, no haré más comentarios”.