jueves, 4 de junio de 2015

El misterio de la isla brasileña invadida por sapos deformes

Una isla paradisiaca invadida por una especie muy poco atractiva. Situada frente a la costa brasileña, la isla de Fernando de Noronha está repleta de unos sapos de la especie cururú que están deformes. Los anfibios invadieron la isla hace varias décadas y ahora casi la mitad tienen malformaciones en las extremidades, los ojos y la boca. Algunos no tienen patas, a otros les faltan o le sobran dedos o los tienen deformes.
Cerca del 20% de los sapos deformes también están parcialmente o completamente ciegos. Algunos carecen de uno o ambos ojos, mientras que otros no poseen iris o los tienen decolorados. Cazador pasivo Y esas malformaciones han cambiado profundamente el modo en que se comportan.
Los sapos ciegos en la isla de Fernando de Noronha han adoptado una estrategia distinta y relajada para alimentarse, según señala un estudio ,"A diferencia de los sapos normales, los que son ciegos literalmente esperan que los insectos caminen sobre ellos antes de comérselos", dice Luis Felipe Toledo, un biólogo especializado.

Misteriosa llegada
Nadie sabe con certeza cuándo llegaron los sapos allí. "Según una historia, hace cerca de 100 años un sacerdote se llevó algunos sapos de la parte continental de Brasil a la isla para mantener bajo control a los insectos en sus cultivos",

Tampoco está clara la razón por la cual, desde entonces, se volvieron deformes y ciegos. "Todo el mundo pregunta por qué están así", señala Toledo. "Y esa es la pregunta que todavía no hemos respondido". El equipo de Toledo, conjuntamente con investigadores en el Zoológico de San Diego (Estados Unidos), está poniendo a prueba algunas ideas que podrían explicar las malformaciones a gran escala de los batracios. Están investigando si un parásito, bacteria o virus es el culpable y están llevando a cabo estudios genéticos para ver si se trata de una población endogámica.

BBC Earth

Un «camión de la basura» para el espacio

La ESA apuesta por un satélite que capture la basura espacial y la desintegre en su reentrada en la atmósfera. El objetivo de la Agencia Espacial Europea (ESA) es sacar de la órbita la basura espacial está tomando forma.
La agencia , encargada de reducir el impacto ambiental de la industria espacial tanto en la órbita como en tierra.
Los expertos alertan de que la cantidad de basura espacial aumenta poco a poco, a medida que los residuos chocan entre sí y generan aún más fragmentos.

La misión e.Deorbit capturaría un satélite en desuso en esa región del espacio y reentraría en la atmósfera de forma controlada; ambos satélites -e.Deorbit y el capturado- se desintegrarían de forma segura en el proceso. Una vez establecido que la estrategia funciona podría llevarse a cabo muchas veces a año. Y es que, e.Deorbit está siendo diseñada como una misión que volaría de forma recurrente. En la jerga de la industria espacial, e.Deorbit ha completado los análisis preliminares de la Fase A, iniciados en enero de 2014. Ahora, entra en la Fase B1. El objetivo actual es dejar el programa listo y a punto para ser construido si el Consejo de la ESA a nivel ministerial, que tendrá lugar en diciembre de 2016, da su aprobación para un lanzamiento en 2021. Difícil con un harpón En la sede de la ESA en Estec (Países Bajos), en el departamento de diseño Concurrent Design Facility han definido ya diversos aspectos de la misión, que emplearía la etapa superior de un lanzador Vega como plataforma para su sistema de captura. La propuesta de atrapar el objetivo mediante un harpón ha sido considerada demasiado difícil por ahora, y se han preferido en cambio métodos alternativos de captura como brazos robóticos o redes. La idea inicial de llevar los residuos a una órbita más alta y tranquila también se ha desechado, frente a la de hacer que los residuos se desintegren en la atmósfera. «Estoy muy satisfecho con los progresos. En esta fase entraremos en los detalles del concepto de operaciones, el diseño de los subsistemas de e.Deorbit y en especial las etapas de captura y deorbitado», ha indicado Robin Biesbroek, que lidera el trabajo. Del mismo modo, ha explicado que se llevarán a cabo numerosas simulaciones no solo para los casos habituales, «sino también para las excepciones». En los próximos pasos se definirán las especificaciones técnicas de la misión relativas a diversos objetivos, entre los que destaca el de reducir a menos de 1 en 10.000 el riesgo para la población en tierra. El siguiente hito para e.Deorbit's será su 'revisión de requisitos de sistemas', que tendrá lugar en mayo-junio de 2016, según ha apuntado la ESA.

El caótico baile de las lunas de Plutón


Dos de los satélites del planeta enano rotan de manera caótica, según un estudio elaborado por los datos obtenidos del telescopio Hubble .
  Las observaciones muestran que por lo menos dos de esas lunas no están rotando sobre sus ejes, sino que lo hacen de una forma caótica al mismo tiempo que orbitan alrededor de Plutón y de su satélite principal, Caronte.

El estudio, que se publica esta semana en Nature, revela también que una de las lunas tiene un sorprendente color negro azabache.
Los satelites , cada día tendría una duración diferente a la del día anterior. A las otras dos lunas estudiadas, Cerbero y Estigia, probablemente les sucede lo mismo, aunque serán necesarios nuevos datos para confirmarlo.

«Antes de las observaciones del Hubble -explica Mark Showalte, investigador del Instituto SETI en California y autor principal del estudio- nadie se había dado cuenta de la intrincada dinámica del sistema plutoniano». Esta caótica «danza» de las lunas de Plutón se debe a la influencia de los dos cuerpos centrales del sistema, Plutón y Caronte (que tiene un tamaño superior a la mitad que el del planeta enano). «Estos dos cuerpos -explica el astrónomo Doug Hamilton, coautor del estudio- giran muy rápidamente uno alrededor del otro, haciendo que las fuerzas gravitacionales que ejercen sobre las pequeñas lunas cercanas cambien constantemente. Y el estar sujetas a estas fuerzas gravitatorias tan variables es lo que hace que la rotación de las lunas de Plutón sea tan impredecible.

Estas lunas no son redondas, sino que tienen la forma de un balón de rugby». El movimiento de las lunas en el sistema Plutón-Caronte ofrece pistas muy valiosas sobre cómo los planetas se comportan al orbitar una estrella doble.

ABC

estudian el olfato de las moscas para comprender cómo trabaja el cerebro


Un grupo de investigadores del Centro de Regulación Genómica de Barcelona intenta entender el funcionamiento de circuitos neuronales complejos.
Dos moscas del vinagre utilizadas para una investigación Científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona están investigando los circuitos neuronales que activan el olfato de las moscas del vinagre para intentar comprender cómo funciona el cerebro y sus transmisiones.
Los científicos del CRG intentan explicar por qué si se nos estropea un plátano en la frutera, es más probable que una mosca del vinagre se dé cuenta de ello antes que nosotros.

«¿Cómo es que el sistema nervioso de una mosca diminuta es capaz de rastrear el olor del plátano?»
se planteó el director el laboratorio de Sistemas Sensoriales y del Comportamiento del CRG, Matthieu Louis. Según Louis, la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster) es un modelo excelente para explorar cómo la actividad neural controla comportamientos complejos, por ejemplo, la quimiotaxis o la capacidad convertir un estímulo olfativo en una respuesta motora, investigación que puede ser la entrada hacia sistemas más complejos como el cerebro humano.

Para identificar los circuitos neurales que están implicados en la quimiotaxis, el equipo de investigadores decidió concentrarse en la larva de la mosca del vinagre, que cuenta con 10.000 neuronas, 10 veces menos que las moscas adultas y hasta a 10 millones de veces menos que los humanos. El equipo seleccionó 1.100 cepas de mosca en que la función de un pequeño grupo de neuronas del cerebro se podían desactivar genéticamente.

«Cuando empezamos el proyecto teníamos la sensación de estar buscando una aguja en un pajar. Sabíamos que hay 21 neuronas olfativas en la cabeza de la larva y sus respectivas neuronas motoras, pero no teníamos ninguna pista sobre la identidad de las neuronas que hay en medio, ni de las sinapsis responsables de procesar la información olfativa y transformarla en toma de decisiones motoras»,
ha explicado Louis.