domingo, 2 de julio de 2017

Ciudad de Brujas


Unos la llaman la Venecia del Norte, otros simplemente ponen los ojos como platos cuando pronuncian su nombre entre adjetivos calificativos como maravillosa, preciosa, amorosa, entre otros nombres.
Brujas... ¿Por qué esta ciudad se llama Brujas? ¿Acaso había  o sigue habiendo mucha “bruja suelta” por allí?

¿No me digas que tú no has pensado lo mismo?

Pero no, ni palos de escoba ni sombreros de punta. El término “Brujas” proviene del noruego antiguo"Bryggia" ("puentes", "muelles", "atracaderos"). Es interesante destacar que, en el idioma flamenco/neerlandés, «Brug» significa «puente», y que esta ciudad ostenta como nombre el plural de esta palabra, debido a la gran cantidad de puentes que en ella existen.

La historia de Brujas está repleta de altibajos. En el siglo XII, Brujas ganó el estatus de ciudad, pero poco después el río Zwin comenzó a encenagarse. Brujas se adaptó mediante la creación de puertos exteriores en Damme y Sluis; simultáneamente, el transporte terrestre se hizo cada vez más frecuente. Los comerciantes de todo el mundo siguieron acudían en tropel a la ciudad para vender sus productos y comprar el internacionalmente aclamado paño flamenco, que se fabricaba en varias ciudades, entre ellas la cercana Gante. 

En el siglo XIV, Brujas se convirtió en el almacén de las ciudades hanseáticas del norte de Europa. Varios países, como Italia, Alemania y España, tuvieron su propia representación en Brujas, por lo que se convirtió en un centro verdaderamente europeo donde diariamente se oían diferentes idiomas y donde se podían encontrar productos exóticos. 

La riqueza de Brujas comenzó a declinar en el siglo XV, con la supremacía del puerto de Amberes y el inicio de la decadencia de la industria textil. Sin embargo, el arte y la arquitectura continuaron floreciendo  y se construyeron espléndidos edificios e iglesias de estilo gótico tardío, y la escuela de pintura flamenca (incluyendo Anthony Van Dyck y Hans Memling) produjo grandes obras. 

A finales del siglo XVI, Brujas carecía de gran poder y a mediados del siglo XIX, Brujas era la ciudad más pobre de Bélgica. El siglo XX, sin embargo, trajo nueva vida, cuando la ciudad se convirtió en un destino turístico internacional y el patrimonio medieval de Brujas resultó ser una nueva fuente de riqueza para la "Venecia del Norte". El nuevo puerto de Zeebrugge (15 kilómetro de la ciudad, en la costa flamenca) trajo nuevos aires de desarrollos y nuevas industrias a la región.

Fuente:
•visitflanders
•MARTA, Rojo cangrejo

Imagen:
•pinterest
•Wikipedia

La Colina de las Cruces


Lituana posee un lugar de leyenda, un lugar místico y único en el mundo: “La Colina de las Cruces”, también conocida como la “Meca de las Cruces”. Es una colina sembrada de miles de cruces, el símbolo del espíritu guerrero de un pueblo, el lituano, que resistió estoico el poder soviético. Está considerado uno de los lugares de obligado peregrinaje en toda Europa. Pero ¿por qué están ahí?

Desde principios del siglo XX, esta colina comenzó a gestarse como el escenario de una batalla “simbólica”, una batalla moral que se reflejaba en la aparición de las primeras cruces. En 1961, los soviéticos, conscientes de la fuerza moral que inspiraba en la resistencia lituana, arrasaron con la colina lanzando bulldozers, destruyendo más de 2000 cruces; pero éstas siempre renacían de sus cenizas, más fuertes, más contundentes en su mensaje de esperanza. Durante diez años, Rusia intentó devastar la zona; prohibieron la colocación de cruces, castigando el acto como un delito. Pero les resultó totalmente imposible.

Las cruces están hechas de todo tipo de materiales, amontonadas unas sobre otras, enterradas o colgadas unas sobre otras. El espectáculo visual es estremecedor y, a su vez, conmovedor. Todavía se desconoce el motivo real de su colocación inicial, en el S. XIX, y aunque actualmente tiene un significado religioso también posee sentido pagano.

Igualmente, en septiembre de 1993, el Papa Juan Pablo II bendijo el lugar, a una tierra que se constituía como estado, y les obsequió con la Gran Cruz de Leño de Bronce, situado en un llano frente a la colina. Los lituanos tienen en este terreno plagado de cruces, un lugar donde reflexionar y afianzar su esperanza en preservar la paz en su nación.

No obstante, probablemente la más de 50.000 cruces que pueblan la colina, no daten más allá de 1985, su existencia evidencia la lucha de un pueblo por ser libre. Eso sí, aunque cada una de ellas tiene una historia propia, lo realmente importante es la historia en conjunto que representan: la libertad y la paz de Lituania.

Fuente:
•Jair Caraveo