viernes, 14 de abril de 2017

El controvertido Evangelio de Judas: ¿Era el discípulo traidor inocente



En el año 1970 se encontró en el interior de una cueva a orillas del río Nilo y a las afueras de El Minya, en Egipto, un códice en lengua copta del siglo IV –bastante deteriorado-, donde, junto a otras tres obras, como el primer apocalipsis de Santiago y la epístola a San Felipe atribuida a San Pedro, apareció también un texto que correspondía a un evangelio apócrifo desaparecido: El Evangelio de Judas, un texto compuesto alrededor de los años 130 y 150 de nuestra era y, según los testimonios de algunos Padres de la Iglesia, utilizado por la secta gnóstica de los cainitas para hacer una valoración positiva de la figura del apóstol Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos es considerado como traidor a Jesús.

Según este evangelio gnóstico, que permaneció oculto durante unos 1.700 años, Judas fue el discípulo favorito de Jesús y entregó a su maestro a las autoridades romanas en cumplimiento de un supuesto plan previsto por el propio Hijo de Dios.

Este fragmento del Evangelio de Judas, de 26 páginas (de un total de 66 que comprendía todo el códice encontrado), escrito en tercera persona, que después de pasar por diferentes manos comenzó a ser traducida del copto (o idioma egipcio antiguo) a diversos idiomas modernos en el nuevo milenio, contiene varias revelaciones que Jesús hizo a Judas Iscariote, en una conversación privada, tres días antes de la Pascua. Según este evangelio, como ya se mencionó anteriormente, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús, quien le profetizó: “Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos”.

Otra diferencia de este evangelio apócrifo tiene que ver con la personalidad del propio Jesús. Mientras en los evangelios canónicos (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) Jesús de Nazareth nunca es presentado riendo -y menos haciendo gala de un carácter sardónico (sarcástico)-, en este texto gnóstico el personaje llamado Jesús se ríe con frecuencia de los malentendidos de los demás discípulos y de su ignorancia en general. Los apóstoles y discípulos se enfurecen al ver que este Jesús gnóstico se burla de ellos; todos, menos Judas, quien le dice a Jesús: “Yo tengo conocimiento de quién eres tú y de dónde vienes. Tú vienes del inmortal reino de Barbelo” (En los antiguos textos gnósticos, Barbelo es la Divina Madre de todo.

Debido al supuesto “conocimiento” (gnosis, en griego) de Judas, acerca de que Jesús viene desde “el inmortal reino de Barbelo”, a Judas se le promete una revelación “referida a secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca”. La inversión de la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús le está agradecido a Judas. Por eso mismo lo elogia: “Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste (…). La estrella que indica el camino es tu estrella.”

En los Evangelios Canónicos, aceptados por la tradición y la Iglesia debido a que fueron inspirados por Dios, la figura de Judas Iscariote es derechamente negativa, lo que ha valido ser considerado unos de los grandes villanos de la historia. En el Evangelio de San Lucas (22: 3-6), por ejemplo, se nos cuenta que “satanás entró en Judas, el llamado Iscariote, que era uno de los 12. Y fue a hablar con los pontífices y los jefes militares sobre la manera de entregar a Jesús. Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero. Judas se comprometió y buscaba la ocasión de entregarlo a escondidas de la gente”.

San Mateo (26: 20-25), asimismo, relata que “…llegada la tarde, Jesús se puso a la mesa con los doce. Y mientras comían, les dijo: “En verdad os digo que uno de vosotros me entregará”. Muy entristecidos comenzaron a decirle uno por uno: “¿Acaso soy yo, Señor?”. Él respondió: “El que mete la mano conmigo en el plato, ese me entregará. El Hijo del Hombre se va, según está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del Hombre es entregado! ¡Más le valiere a ese hombre no haber nacido!”: Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Soy yo acaso, Maestro?”: Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”

San Lucas (22: 47-48), relatando el prendimiento de Jesús, cuando éste se encontraba orando en el huerto de Getsemaní, nos cuenta que “…apareció una gran multitud, a la que precedía el llamado Judas, uno de los doce, el cual se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?”. Finalmente, en San Mateo (27: 3-5), después que los judíos entregaran a Jesús al procurador Poncio Pilatos, “al ver entonces Judas, el que lo había entregado, que Jesús había sido condenado, se arrepintió y devolvió las 30 monedas de plata a los pontífices y ancianos, diciendo: “He pecado entregando sangre inocente”: Ellos dijeron: “ ¿A nosotros qué? Tú verás”. Judas arrojó las monedas en el templo, se retiró y se ahorcó.

Partes del Evangelio de Judas corresponden a varios diálogos entre este discípulo y Jesucristo, como el siguiente:

-Judas: “Maestro, como tú has escuchado a todos ellos, ahora también escúchame, pues he tenido una gran visión”.

Cuando Jesús escuchó esto, se rió y le dijo a él: “Tú, espíritu décimo tercero, ¿Por qué lo intentas así de difícil?”

Judas le dijo: “En la visión, me veo a mí mismo como los doce discípulos me lapidan y me persiguen (severamente) y yo también llego al lugar de donde, después de ti, veo (una casa… ) y mis ojos no podrían comprender su tamaño. Gente grandiosa estaba rodeándola, y esa casa –tenía- un tejado de verdor y en medio de la casa había una multitud (dos líneas perdidas), diciendo, “Maestro, llévame hacia esa gente”.

(Jesús) respondió y contestó: Judas, tu estrella te ha llevado hacia delante. Ninguna persona de nacimiento mortal es digna de entrar a la casa que has visto, para ese lugar se reserva a lo sagrado (santo). Ni el Sol ni la Luna regirá ahí, ni el día, sino lo santo morará ahí siempre, en la región eterna con los ángeles santos, observa lo que te he explicado los misterios del Reino y que te he enseñado acerca del error de las estrellas; y ( … ) mandado ( … ) en los doce aeons.”

Otro fragmento revelado de este evangelio gnóstico es cuando Judas le pregunta a Jesús sobre su propio destino:

“-Judas: “Maestro, ¿Será que mi semilla está bajo el control de los jueces?”

Jesús le responde y le dice, “Vamos, que yo (dos renglones se pierden), pero tú serás agraviado cuando veas que el Reino llega y a toda su generación”.

Cuando (Judas) escuchó esto, Judas le dijo (a Jesús), “¿Qué bien es el que he recibido, por el cual tú me has apartado de esta generación?”

Jesús le respondió y le dijo: “Tú te convertirás en el décimo tercero y tú serás maldecido por las demás generaciones – Y tú regirás sobre ellos, en los últimos días ellos te maldecirán por tu ascenso a la generación bendita…Vamos que yo te enseñaré acerca (de secretos) que ninguna persona (ha ) visto antes. Por ellos existe un gran e ilimitado Reino, cuya extensión ninguna generación de ángeles ha visto, (en la cual) existe un gran espíritu invisible que ningún ojo de un ángel ha visto antes, ni el pensamiento del corazón nunca ha comprendido, y nunca fue llamado por ningún nombre…”.

En otro fragmento Jesús habla de aquellos quienes están bautizados y de la inminente traición de Judas:

Judas le dice a Jesús, “¡Mira! ¿Qué harán aquellos que han sido bautizados en tu nombre?”

Jesús responde: “En verdad os digo este bautismo … en mi nombre (cerca de seis líneas perdidas-) a mí en verdad te digo Judas (aquellos quienes) ofrecen sacrificios a Saklas ( … ) Dios (tres renglones perdidos) todo lo que es malo. Pero tú los adelantarás a ellos, te quitarás la ropa por mí y te sacrificarás por mí. Ya tu trompeta ha sido levantada, tu rabia ha sido encendida, tu estrella ha mostrado su brillantez y tu corazón ha sido … En verdad ( … ) tu última ( … ) se convierte (dos renglones y medio perdidos-) agravian (dos renglones perdidos-) el gobernante desde que será destruido, y entonces la imagen de la gran generación de Adán será exaltada para prioridad del Cielo, Tierra y ángeles, la generación la cual es de los eternos reinos, existe. ¡Mirad! Se te ha dicho todo, levanta los ojos y mira a la nube y la luz interna en ella y las estrellas que la rodean, la estrella que guía el camino de la estrella”.

Judas levantó sus ojos y vio la nube luminosa, y se entró en ella; aquellos parados en el suelo escucharon una voz que venía de lo dentro de la nube…”.

El Evangelio gnóstico de Judas concluye, finalmente, cuando el discípulo traiciona a Jesús:

“( … ) Los sumos sacerdotes murmuran porque él se ha ido a la recámara de huéspedes a orar. Los escribas lo estaban observando cuidadosamente para posteriormente arrestarlo durante la oración, pero tenían miedo de la gente, desde que él, fue recibido por todos como profeta. Ellos se aproximaron a Judas y le dijeron: “¿Qué haces aquí? Eres discípulo de Jesús”. Judas les respondió como ellos lo deseaban, y el recibió un dinero y se lo dieron de mano sobre ellos”. Jesús se lo agradece, ya que prepara el momento en que quedará “liberado” del cuerpo, lo que le permite regresar al “reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles”.

El texto termina con Judas entregando a Jesús ante los sumos sacerdotes y no incluye ninguna mención de la crucifixión o de la resurrección.

Validez del Evangelio de Judas

Gran parte del contenido del Evangelio de Judas -donde en algunos oscuros pasajes habla de “12 ángeles, como Nebros, con destellos de fuego en su faz y sucio de sangre en su apariencia” y “12 soberanos, como Seth, quien es llamado Cristo”- es abiertamente gnóstico, por lo que los teólogos no lo consideran un texto cristiano, ya que no tiene prácticamente nada en común con los cuatro evangelios canónicos, excepto el empleo de los nombres “Jesús” y “Judas”.

Ireneo de Lyon o San Ireneo, obispo y mártir fallecido en el año 202, escribió de hecho una serie de libros titulados “Contra las Herejías”, refutando a varios maestros gnósticos, en uno de los cuales menciona al Evangelio de Judas, el cual habría tenido su origen en un mago llamado Simón, un personaje que aparece descrito en la Biblia en el capítulo de Hechos de los Apóstoles como un hechicero que quiso comprar a los discípulos de Cristo el poder de hacer milagros. Hacia el año 180, Ireneo denunció en sus escritos a la secta gnóstica de los cainitas, que pretendían “rehabilitar” a varios villanos que aparecen en la Biblia, tales como Caín (el primer fratricida y asesino de la historia, que mató a su hermano Abel), los sodomitas (habitantes de Sodoma, una ciudad notoria por su inmoralidad sexual entre miembros del mismo sexo), Esaú (que despreció y vendió sus derechos de nacimiento por un plato de lentejas), Coré o Korah (que dirigió una sedición para derrocar a Moisés) y Judas, presentándolos a todos como héroes espirituale.

Francisco Varo, profesor español del Antiguo Testamento en la Universidad de Navarra y autor del estudio “Rabí Jesús de Nazaret”, explicó que el “Evangelio de Judas” es “una copia de la traducción copta de un original escrito en griego, que permanece perdido. Es una ficción literaria antigua, que no modifica la historia, ni niega que Judas vendió a Jesús. El texto fue escrito al menos siglo y medio después de la muerte de Judas y expresa una ideología gnóstica que no existía en Palestina en tiempos de Jesús, así que merece la misma fiabilidad histórica que un relato sobre el uso de correo electrónico en los ejércitos napoleónicos. Según los gnósticos, el cuerpo y la materia son obstáculo para la plena sabiduría, y por eso entienden que Judas, al entregar a Jesús a la muerte, lo estaba ayudando a liberarse de su cuerpo humano”.

Varo concluye que este escrito es uno más entre muchos que ya se conocían, pues “son textos de grupos marginales, que mezclan ideas de varias filosofías y religiones, y se apartaban tanto de lo realmente sucedido con Jesús, que los cristianos de su tiempo no les concedían valor alguno. Por eso se vieron relegados al olvido. En cambio, san Ireneo, que se hace eco de los desvaríos de escritos como este, es testigo del aprecio universal por los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan”.


Fuente
•Héctor Fuentes

Imagen
• película Jesús de Nazaret
• película La pasión de Cristo