martes, 12 de mayo de 2015

ovni 1960 chile.puerto montt

caso Pelluco

En la madrugada del viernes 30 de julio de 1965, recién pasada la medianoche, un fuerte estruendo se sintió sobre el cielo de Puerto Montt y sus alrededores. En Pelluco, un balneario ubicado a cinco kilómetros de esa ciudad, un nutrido grupo de personas que asistía al velatorio de Carolina Proeschle, una adolescente perteneciente a una distinguida familia de la zona que había fallecido dos días antes en un accidente automovilístico, también escucharon el ruido, pero al salir fuera a ver de qué se trataba vieron algo más sorprendente.

“Mientras acompañábamos el féretro, sentimos el ruido y unas luces que parpadeaban en las ventanas. Cuando salimos a ver de qué se trataba vimos algo que nos dejó atónitos. A unos 80 o 100 metros, y a poca altura, una nave ovalada y de unos 50 metros de diámetro estaba allí. Mostraba una luz resplandeciente, color violeta con visos anaranjados…el ovni se desplazó después hacia la ciudad, donde fue visto por otra gente y automovilistas a los que les descontroló el vehículo totalmente”, explica Arnoldo Flores, un connotado vecino de la localidad.
Ovnis Pelluco
Esta es la única foto, que muestra el gran agujero que dejó la supuesta nave al despegar, que se conserva del incidente ovni de Pelluco. Las otras fueron “retiradas” por personal norteamericano que visitó la zona.

Alejandro Proschle, uno de los hermanos de la difunta, agregó en su momento que después de escuchar el fuerte ruido la gente salió a la calle, donde se topó con el misterioso objeto. “Primero quedó suspendido en el aire. Tenía grandes luces multicolores y destellantes que atraían y asombraban. Sobre su forma no podría decir nada, porque era de noche y la luz nos encandilaba. Se posó en una quebrada cerca de Pelluco, pero ninguno de nosotros quiso seguir la nave porque nos dio miedo. Al otro día mucha gente fue al lugar y vio el pasto quemado, los árboles arrancados de cuajo y erosión en la tierra en forma circular, casi perfecta”.

El Mayor (R) de Carabineros Raúl Gajardo Leopold, quien en esa época era un teniente de carabineros en una unidad policíaca de Puerto Montt, relata que dos semanas antes del avistamiento le tocó viajar a Pelluco a atender una denuncia de una familia que había reportado la presencia de unas “luces raras en el cielo”.
 

caso de Pelluco, el misterio todavía flota en el ambiente. Sólo algunos viejos habitantes de la localidad todavía recuerdan los alegres e inocentes cánticos de los niños de un hogar de menores de Pelluco que también vieron el objeto. “Llegaron los marcianos, llegaron los marcianos,,,

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